Más de dos mil millones de pesos dominicanos –casi 37 millones de dólares-, invertirá la empresa peruana multilatina Industria San Miguel (ISM) en la creación de lo que será su segunda planta de producción en República Dominicana, país desde donde el corporativo comenzó su proyecto de expansión hace ya 17 años, en 2006.
El monto de la inversión no solo es para la construcción y acondicionamiento de la fábrica, sino también se enfoca a capacitación y preparación de colaboradores internos y aliados estratégicos en la nación quisqueyana, así como al lanzamiento de una nueva línea de producto.
Abundando sobre este punto, el CEO de la empresa y director de las operaciones para el Caribe, Arturo Marroquín, explicó que uno de los principales enfoques de la inversión será en el capital humano, a través de la Universidad Corporativa San Miguel y de la mano con el Instituto Nacional de Formación Técnico Profesional (Infotep) de República Dominicana.
“Tenemos la percepción general en educación, preparar a los profesionales e invertir más en formación de gente que en temas materiales. Ese es el enfoque del año que viene y será más notorio”, señaló.
VÍNCULOS DESDE EL 2006
La historia de ISM en República Dominicana es muy singular. La empresa tiene 17 años de operación en la provincia Santiago Rodríguez, en el noroeste del país caribeño, donde se instaló en 2006 como una de las primeras fábricas extranjeras apoyadas por la naciente Ley 28-01, que creó la Zona Especial de Desarrollo Fronterizo entre República Dominicana y Haití, a fin de motivar a grandes empresas nacionales e internacionales a establecerse en el área, ayudando así a solventar la situación de atraso de los territorios fronterizos.
Arturo Marroquín contextualizó que este hecho detonó en la empresa un tema estratégico de situarse en una zona vulnerable, social y económicamente deprimida, y ayudar a los índices sociales de mejoramiento del tema de la pobreza, pero a su vez, representó un desafío al no encontrar las condiciones adecuadas de trabajo en cuanto a personal, infraestructura y temas energéticos.
Surgió entonces una especie de enraizamiento y de lazos con la comunidad, a la que se le brindó capacitación. Desde un principio ISM se dio a la tarea de la preparación del personal. En la zona no había trabajadores, ni ingenieros y existía un problema de deficiencia de energía eléctrica, pero todos los retos fueron superados y ahora la empresa se enfoca en tres factores principales: la gente, la adaptabilidad y las alianzas estratégicas.
Al margen de la futura construcción de su segunda planta laboral, actualmente Industrias San Miguel maneja su propio canal de distribución, llegando a casi 70 mil puntos de venta en toda República Dominicana, con 13 centros operativos distribuidos en diferentes regiones del país y hay proyección de una ampliación. Cuenta con 2 mil 400 empleados directos y más de 7 mil colaboradores de manera indirecta.
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