“Inviertan aquí y ganen lo que quieran”, proclamó el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, el 21 de noviembre del año pasado, al anunciar oficialmente el proyecto Bitcoin City, ante una multitud de entusiastas emprendedores de la criptomoneda, durante el cierre de la Conferencia Latinoamericana de Bitcoin y Blockchain que se llevó a cabo en el país salvadoreño.
En ese escenario, Bukele explicó que se realizaría una oferta de bonos íntegramente en bitcoin, y 60 días después de que la financiación esté lista, empezaría la construcción de la ciudad, que de acuerdo al plan maestro, se ubicará en la zona del Volcán de Conchagua, en el municipio del mismo nombre al sureste de El Salvador, en el Golfo de Fonseca.
Samsom Mow, quien fue director estratégico de Blockstream, proveedor de tecnología blockchain donde operan las criptomonedas y actualmente es el asesor principal de este proyecto al que él llama “estado-nación Bitcoin”, respaldó el anuncio de Bukele de la emisión de bonos bitcoin por mil millones de dólares. De estos, la mitad se invertirán en comprar más bitcoins y la otra mitad en la infraestructura de la nueva ciudad.
Erigir Bitcoin City cerca del volcán tiene como objetivo aprovechar la energía geotérmica para alimentar tanto a la ciudad misma como a la minería del Bitcoin, —la operación de los complejos cálculos matemáticos que se hacen día y noche para verificar las transacciones de la moneda— que consume mucha energía y debe contar con una planta eléctrica a prueba de todo.
De hecho, El Salvador ya ha puesto los pilares -dicho de manera metafórica-, para la creación de Bitcoin City, en el sentido de que ya está operando un proyecto piloto de minería de Bitcoin en otra planta geotérmica, construida junto al Volcán Tecapa, y también es importante resaltar que desde septiembre del año pasado, el gobierno salvadoreño declaró al bitcoin como moneda de curso legal junto con el dólar estadounidense.
El 10 de mayo reciente se consolidó el siguiente paso del ambicioso sueño, con la presentación de la gigantesca maqueta de Bitcoin City, diseñada por el reconocido arquitecto mexicano Fernando Romero, autor de obras como el Museo Soumaya de Polanco, en la Ciudad de México; el Acuario Imbursa, los centros de convenciones de Los Cabos y Ciudad Juárez, e incluso el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) que pese a su cancelación, su diseño ganó en 2021 el primer lugar en la categoría de transporte de los Rethinking The Future Awards, premiación reconocida a nivel internacional en el campo de arquitectura y diseño.
En la presentación de la maqueta, se especificó que la urbe tendrá forma circular, para simular al símbolo del bitcoin. En el centro de la nueva metrópoli habrá una gran plaza con una “B” tallada y un museo sobre la evolución del dinero hasta llegar a la moneda digital.
Además de las áreas residenciales, comerciales y de entretenimiento, como valor adicional en la periferia de Bitcoin City será construido el Aeropuerto del Pacífico y la terminal del Tren del Pacífico, proyectos que serán la base del transporte para residentes y turistas nacionales y extranjeros.
El 50% de la ciudad estará dedicado a áreas residenciales; el 20% a esparcimiento; el 10% serán áreas verdes; un 8% lo ocuparán industrias y oficinas; el 7% estará destinado para la instalación de equipamiento digital; el3 % será para “eco-infraestructura”; y el 2% restante será infraestructura necesaria para el transporte.
De acuerdo al proyecto, la Ciudad Bitcoin ha sido pensada para atraer a inversionistas de todas partes del mundo, y, además, convertirla en un megacentro de operaciones de criptomonedas y que sea visitada por turistas nacionales e internacionales.
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